martes, 29 de noviembre de 2011

"DEMO" de Miguel Vargas Valladares.



Una vela encendida en primer plano, íntima y cercana, se abre entre una densa oscuridad, también cercana y familiar. A contraplano, una ciudad, Lima, que amanece iluminada artificialmente, siempre fría y distante, pero inevitablemente envolvente. Una metáfora del individuo cuya naturaleza noble, se torna sombría por el entorno, como si de forma paradójica, estar apartado emocionalmente de todo y de todos, le facilitara abrir su buen corazón, como si la ciudad le hubiese enseñado la frialdad y la manera fáctica de relacionarse, pero que valiéndose de ella, alcanza a mostrar su afecto a quienes de veras importan.

Luego, un par de amigas se encuentran, caminan, conversan de banalidades, tales como si el servicio de fotos internet es una estafa, si el chocolate es peor que el alcohol para la gastritis, entre otros. De pronto, de forma tarantinesca, el tema cambia a algo de “mayor importancia” dentro del todo de la película; comienzan a hablar de las relaciones interpersonales. En ese momento, y casi inadvertido, ingresa al plano el protagonista, cruzando la calle, como si todo lo observado hasta ese entonces fuera una excusa y a la vez, preludio.

Así, con esa fuerza cinematográfica, Miguel Vargas hace un intro a “Demo” su ópera prima, dejando que en todo momento la “imagen natural documentada” se imponga a la poesía de la “imagen tiempo” y sobre los efectismos de la “imagen acción”. Para Miguel lo importante es cómo se llega a los momentos que realmente importan en el desarrollo de la historia, y deja a entrever los porqués. Constantemente disocia información entre diálogos nada impostados y de extremo naturalismo, con detalles que deben ser apartados y resaltados por el espectador. Hay momentos digresivos y que sólo adquirirán sentido en la medida que seamos capaces de relacionarlos con sus pares dispersados con un ritmo “semicromático”, es decir, la aparente linealidad de los hechos es revertida por escenas temporalmente descontextualizadas, y que adquieren su lugar conforme la dirección narrativa va siendo retomada, pues Miguel desea que sus planteamientos abanderen nuestro visionado, de tal forma que nos insta a construir no sólo la historia, sino la siquis completa de sus personajes en relación unos con otros, con el entorno y con el espacio tiempo de la Lima actual.

Porque para Miguel Vargas, las relaciones entre familiares, hijos, parejas o ex parejas, amigos, compañeros de trabajo, etc. Están cubiertos de cierto pragmatismo con sus acomodos; si una familia no funciona, nos separamos, no hay porqué llevarnos mal, si un ex no cumple con sus “deberes”, no hay porqué darle “derechos”, si un hijo es hiperactivo, hay que llenarlo de videojuegos, si alguien es molesto, simplemente lo desaparecemos, y si debemos desaparecer a alguien, esta debe ser una tarea tan natural y metódica como archivar documentos en una oficina, dejando poco espacio para la reflexión, sino más bien en el alcance de lo inmediato que nos ayude a “estar tranquilos”.

La película tiene como eje la historia de Micky, un tipo que no ha dejado aún sus hábitos juveniles, escucha la misma música de cuando aún estaba en el colegio, viste como seguramente vestía en sus días de adolescencia, y habla con la frescura de un pícaro púber.

Pero Micky, ha pasado por mucho; ha salido de su casa por problemas con su padre, vive solo con sus 3 perros, se ha separado de su mujer con quién tiene un hijo, recibe constantemente la visita de su hermana que lo busca sólo para pedirle ayuda, y sólo ha aceptado la adultez en el aspecto laboral, convirtiéndose en lo que tal vez nunca imaginó; un oficinista explotado.

Lo interesante en la historia de Micky es que ha sido asesino a sueldo, y que el aparente episodio de madurez que le trajo la paternidad le hizo abandonar dicho oficio. Pero las circunstancias se han hecho duras y le obligan a retomarlo, de ahí, se entrecruzan la historia de un hombre que quiere deshacerse de un familiar (quien tiene un misterioso encuentro con una muchacha, siendo este posiblemente el detonante de su fatal destino) y que contratará sus servicios a través de una service atendida desde un cibercafé barrial, por una mujer, la “gorda” que atiende a sus clientes como si se tratase de un delivery, o a través del “negro”, un ex futbolista de ligas locales que también hace “trabajos” casuales, entre otros personajes, todos extraídos de una realidad cercana, tangible, y conocida de primera mano, con un interés por la verosimilitud que evita la dureza de lo superficialmente construido sobre supuestos.

Lo importante en cualquier película de similares características sería el “trabajo” o al menos los pormenores del mismo; los cuestionamientos del asesino, su planificación y resolución. Pero en este caso, eso es meramente anecdótico, un hecho más que no altera la peculiar escaleta, y que más bien es parte de un fondo del que se justifica todo en la película; La vida humana vale tanto como la paternidad, o la filiación, la relación de pareja, o un empleo aburrido, y todo ello sólo son cálculos cotidianos, nada extraordinario, nada filosófico, ni teológico, sólo la existencia simplificada a lo que se quiera alcanzar, la tranquilidad vista desde la apatía, la paz interior que más significa aislamiento, y la supervivencia que es más una serie de condiciones y exigencias que se enfrentan con una parsimoniosa deportividad. Hay un momento en la película en que esto se ve claro, cuando el solitario Micky almuerza junto a sus perros.

Micky no es malo porque a pesar de sus errores como padre, se preocupa por su hijo y por su ex pareja, ayuda a su hermana y a su pequeña, asume responsabilidades, es “buen pata”, en fin. Micky no es bueno porque asesina a alguien para solucionar sus problemas. Él y su trabajo no son buenos, ni malos, sólo necesarios en la realidad que muestra Miguel Vargas. Esta Lima en la que, según comprobamos en las noticias, puedes por menos de20 soles acabar con algún desdichado indeseado. Y es que ese Micky “buena gente” es natural, el “otro” es sólo producto de la sociedad que lo cobija. Hasta ahí, es la recurrente historia del alter ego que lucha por el control del individuo, pero lo diferente aquí es que no hay un límite ni siquiera levemente marcado, tal es así que al parecer su ex pareja sabiendo de su anterior ocupación, y sin que esto le despierte un pestañeo, le insta a retomarlo debido las necesidades presentadas. Micky no quiere hacer esos trabajos no por cuestiones morales, sino por cierta “flojera” debido a su adolescencia arrastrada.

El valor de la vida se refleja en la escena final de la película, en la actitud de la familia en su visita al cementerio, como si se tratase de un viaje al centro comercial o una salida a algún almuerzo campestre. La asimilación de la vida ha sido y es tan dura que aparentemente la muerte no detiene este proceso, ese que nos toca vivir, y donde nuestro valor está encerrado en qué podamos ofrecer o qué encontramos hacer para estar bien.

 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

EL CINE INDEPENDIENTE SEGÚN JOHN CASSAVETTES




No realizaré jamás un film comercial. No se puede pasar a la gente para que se interese en cualquier cosa. Es malsano, insalubre. Si puedo haré films con no profesionales, gente que pueda permitirse soñar con una recompensa importante diferente a la monetaria, gente con un deseo frenético de participar en un juego creativo sin saber exactamente de qué se trata. Lo que exijo a un equipo, es que brinden tanto amor al film, a la historia, a los actores y tanta inventividad y audacia como les sea humanamente posible. Es lo que he logrado con Shadows y con Faces; gente que no tenía ninguna experiencia técnica se ha abocado, cámara en mano, a ocuparse de los muebles, a participar en las discusiones sobre la escena, en suma a funcionar como un verdadero equipo de cine para el film.


Es este tipo de espíritu el que falta en el cine comercial donde los síndicos quieren controlar la marcha pensando en la próxima inversión, y aceptan la vida marchita que la sociedad organizada les ha reservado... La mitad de los problemas que los cineastas deben afrontar, es que se ven forzados no solamente a adaptarse a los actores, sino también a los técnicos, a la oficina de producción, y a los problemas financieros; en resumen, nunca les queda el tiempo preciso para dedicarlo a los problemas más importantes: a saber, ¿qué es aquello que ellos quieren decir a b>todo precio?


Extraído del libro "John Cassavettes, por el mismo".

sábado, 8 de octubre de 2011

PROYECTO LIMA-Z: EL APOCALIPSIS ZOMBIE LLEGA A LIMA



 
Los directores capitalinos Eduardo Quispe Alarcón, Jim Marcelo Santiago (“1”, “2”, “3” y “4”),  Miguel Vargas Valladares (“Concreto” y “Demo”) y Rafael Arévalo (“Alienados, Kasa okupada”) preparan un film políptico denominado “PROYECTO LIMA - Z”, que tendrá la particularidad de ser la primera película de zombis limeña.

El proyecto constará de 4 cortometrajes en los que cada director presentará su visión personal de una Lima post apocalipsis zombi. Puntos de vista en los que, como dicta la tradición en el sub género, son las relaciones humanas en los momentos de crisis el mayor punto de atención.

Como ya es conocido en el modo de producción de estos jóvenes directores, la película será totalmente autofinanciada, de ínfimo presupuesto y realizada de manera autogestionaria. Estos son los motivos por los que los directores lanzan una convocatoria abierta al público en general, amante de las singulares criaturas de George A. Romero y otros maestros del sub-género, a colaborar y participar en esta producción.

El “PROYECTO LIMA-Z” se encuentra en fase pre-producción y se planea iniciar las grabaciones en el mes de noviembre de este año.

Los interesados en ser parte de esta peculiar aventura, pueden escribir al correo: proyectolimaz@gmail.com

lunes, 1 de agosto de 2011

Mi Perú...De siempre...De nunca...



Pasé fiestas patrias durmiendo, despertando, viendo películas (de esa ruma que había acumulado como “pendientes”), tocando música, escribiendo cosas que publicaré después, preparando un ciclo de cine para el cineclub de la Escuela de Bellas Artes (que arranca el jueves 4 de agosto), planificando la pre producción de mi 5º largometraje, reuniéndome con mis compinches de la obra colectiva que pronto saldrá a la luz (ya escribiré más adelante sobre eso). Además, la obra multidisciplinaria que tengo entre manos... y bueno, aprovechar que estoy sin “trabajo”, pero produciendo, y mucho.

Sabía del cambio de mando, del discurso de Humala, pero ni me acerqué al televisor. De igual modo, revisaba correos, leía artículos, columnas, y uno que otro libro...También blogs, actualizaciones, y bueno, veo que como siempre la gente sigue peleándose, sigue pidiendo cosas a quienes nunca les prometieron nada…Leí por ahí a gente desgoznando de su habitual silencio y defendiéndose de una ofensa que asumieron como personal. No siento ningún interés personal en responderles.

He vivido 30 años en el Perú como para conocer a los peruanos.

En mi ignorancia y trasnochamiento me siento feliz y complacido por hacer lo que me da la gana sin tibias comparaciones, ni estándares autoinflingidos. La cordura es el estándar, la comodidad de llevarse bien con todos te hace sentirte libre de estar al otro lado. 

Suele suceder que cuando alguien es sincero (que habría que serlo con uno mismo primero) y se siente libre de tapujos, se hace de cierta infamia, de ciertas ojerizas impensadas, o en el mejor de los casos, se le cataloga a uno de “radical” o de "ignorante" e inmediatamente salen los defensores del “aquí no pasó nada” a pasarle trapos tibios o asentar el café, para que no sepa tan amargo.

Me tiene sin cuidado.

¡Felices fiestas patrias! ¿Ya pasaron?,  ¡Qué más dá!...el Perú es el de siempre, el de nunca...

martes, 5 de julio de 2011

¿Qué es el cine independiente?



En simples palabras; ver una película que me produce la sensación de deberse a sí misma; que no está parametrada a ganar un Festival, a gustar a cierto típico crítico que cree que ver crecer la hierba es cine, o que mostrar a 2 personas tener sexo explícito es ser arriesgado, que se esfuerza por ser “interesante” entendiéndose esto como mostrar historias bizarras (reales o ficticias), con personajes lunáticos, caricaturizados a lo MTV o Locomotion, que se introducen tubérculos al cuerpo, o marginales que beben su propia orina, que se tatúan con sus propias uñas arrancadas de raíz o que son adictos al insecticida para hormigas.

Las poses pop art cholo, las citas de escritores “malditos”, los embustes de intervenir un registro documental para ficcionalizar, la estética reality show, porque eso está de moda. Esas tonterías de manipular la imagen con filtros cochinos, o de colorcitos sicodélicos que ya son anacrónicos, de buscar ser la versión peruana y autárquica de Bresson, de intentar, y sólo eso, ser Tarantino trasnochado, Gonzales Iñarritu en ayawasca.

Darle giros a la historia, todo ese desmadre saturnino de que los malos sean buenos y los buenos no tan buenos y las fruslerías al estilo Christopher Nolan sin genio.

Osea, no hacer una película furcia que postule a que dentro de cuatro años le caiga financiamiento para el “transfer”, una irrumación de productor o financista que siempre busca “mejorar” algunos aspectos formales y narrativos a fin de “vender mejor” la película.

Hago aquí un paréntesis: si haces una película para venderla, entonces eres más comerciante que cineasta, no sé hasta qué punto pero, no podrás negar que haces la película para que determinado público la consuma, y utilizarás determinados códigos y parámetros de venta, algo que haga tu película “aceptable” para muchos o algunos muchos.

Nadie tiene derecho de descalificar, no pretendo hacerlo, sólo se trata de poner las cosas claras. Si alguien me dice que George Lucas es tan independiente como Rafael Arévalo, no me lo trago.

Un director puede creer en sí mismo, en sus ideas, en sus propuestas, y darse por ellas. ¿Eso es ser independiente? Las convicciones no hacen la independencia, es más podría decir que la maniatan. Los principios hacen la diferencia, porque está respaldado por el sentido común, por la búsqueda de bienestar comunitario, pues son en esencia éticos y morales.

Una convicción en cambio, tiende a ser ciega muchas veces, se puede confiar falsamente. Muchos directores pueden tener la convicción de que sólo una industria puede salvar el cine, como si la cantidad, las cifras de dólares elevadas y las estéticas clasificadas, etiquetadas, empaquetadas y puestas a la venta como “novedades”, puedan ser determinantes para las calidades o mejor dicho, para la variedad, y no me refiero sólo a géneros, pues la industria del embrutecimiento (o lo que algunos llaman entretenimiento) es experta en brindar la ilusión de la novedad en lo repetitivo, de lo único e individual en lo que lleva código de barras. Hay que ver a un quinceañero que se cree único porque escucha a Tokio Hotel para darse cuenta de eso.

Ok, el cine necesita público para existir, pero asumir que el público es homogéneo y que por eso las películas deben serlo, me parece insultante, es asumir que al público hay que tratarlo como a débiles mentales.

Ser independiente conlleva asumir una posición radical; los cineastas de la posvanguardia rechazan la homogeneidad y la globalización de las imágenes, así como el discurso único, las imposiciones del lenguaje dictado por parámetros neocolonizantes. El cineasta independiente está contra la mercantilización y banalización de los valores de las imágenes, pues estas le dan forma a nuestra condición humana, nos identifican, nos dan un patrimonio cultural, nos hacen ser nosotros.
 
El cineasta independiente está contra lo políticamente correcto, pues de lo contrario sería un empleado más. Para ser independiente tienes que rebelarte y rechazar los discursos oficiales, navegar contracorriente, mantener una actitud y postura de crítica radical.

En el arte las palabras más comunes deben ser radicalismos contra lo establecido.

Los cineastas viven y producen el constante desplazamiento del mundo del arte, en muchos aspectos. El lenguaje audiovisual ha cambiado y está cambiando, pero es más significativo el caso del cine. De la vanguardia se heredaron la experimentación, los planteamientos eclécticos, lo multidisciplinario, el dialogo con las otras artes, la asimilación de los avances del pensamiento, de la filosofía, de la estética, los nuevos enfoques históricos, los revisionismos y todo aquello que se opone a que las cosas estén bien tal como están en beneficio de los de siempre.


El cine puede ser un instrumento de resistencia, una acción política; arriesgarse a equivocarse, ir a la incertidumbre en vez de conformarse con un falso saber impuesto. Cómo diría Ángel Quintana de Cahiers du cinema: “El cine digital no ha servido únicamente para crear los mundos en los que Lara Croft acabará ganando el Oscar a la mejor actriz, sino también para aumentar el deseo de filmar las ruinas de nuestra civilización.”
 
Carlos Losilla dice: “¿Por qué no ser radicales? ¿Por qué no poner al espectador contra las cuerdas del sentido, de sus límites? ¿Por qué no aniquilar todas sus certezas para salvaguardar la excitación de la búsqueda constante?”

Ahora, para muchos el cine “independiente” ya tiene fórmulas.

Más allá de presupuestos, financiamientos, de formatos, soportes y asuntos técnicos, la independencia es autonomía, es hacer la película menos dependiente de un factor de gusto externo, sea este el de un “público”, el perfil de un festival, la endogamia con la crítica, y sobre todo, la concesión con el lenguaje homogenizado, industrializado. Que una película independiente intente “ser” como una película de industria, o que busque codearse con el circulito indie sundanceado o, como diría Alberto Fuguet, rotterdaniano, es casi como vender sándwiches al costado de Mc Donalds.

Pero, justamente para eso vale la pena poner las cosas claras, porque si ser independiente es la etiqueta que te hacer estar dentro del sistema sin ser parte de él (osea, sí, pero no) entonces es un embuste, una patraña. Tomar coca cola o pepsi no importa mucho, un independiente preferirá siempre un emoliente en la esquina.
Ser cineasta independiente no es cómodo, es peligroso. Si sólo se tratara de armar historias frikis, de buscar tipologías seudo marginales, de estéticas extremistas que rayan entre el videoarte y el videoclip, la cosa sería tranquila.
Se trata de decir lo que otros callan, de no escudarse en la tibieza, de incomodar, de no deberle nada a nadie, para tener siempre la libertad de no tener reparos en lo que se dice, de mearse en el protocolo, en lo políticamente correcto, de zurrarse en las normas de viejos enciclopedistas con sus miles de “esto no se debe hacer”.
Podría concluir en que ser independiente es algo así como ser suicida, con todas las ventajas y compromisos que ello implica.


lunes, 4 de julio de 2011

FESTIVAL DE CINE LIMA INDEPENDIENTE: UN BALANCE PERSONAL


Teoría de cuerdas (Luján Montes, Gabriel González Carreño, Clara Frías, Laura Focarazzo y Luciana Fo.  Argentina, 2010)


112 obras cinematográficas, la mayoría inéditas en el país, provenientes de diversos lugares de nuestro país y del extranjero, retrospectivas de Richard Kerr y Raúl Perrone (de quien además hubo una exposición fotográfica) y un justo homenaje al recientemente fallecido cineasta nacional Armando Robles Godoy. Nuevos espacios, nuevo público, nuevo cine.

El Festival de Cine Lima Independiente mostró mucho más que películas. Mostró que el cine, como manifestación cultural es patrimonio de dominio público (en lo que a exhibición se refiere, no a los derechos de cada realizador sobre su obra, aunque personalmente me gusta más lo que dijo Godard: “Los artistas no tienen derechos, tienen deberes”) y como bien público ha de ser accesible a todos los públicos. Ahora, no es que me oponga a retribuir a un creador que vive de su creación. Lo que sí me opongo es a pagar precios abusivos que benefician más a intermediarios (quienes tienen derecho a la usura, pero a mí no me interesa beneficiarlos) que mayormente tienden a la elitización. La accesibilidad es una garantía para contrarrestar también a los facilistas que piensan que ciertas películas son snob, o que el hecho de que no sean masivas las hace impasibles e indigeribles.

También pudimos ver que, al igual que las películas, sólo basta una idea en la que creer (así es mis queridos posmodernistas, las ideas y la fidelidad a ellas aún no han muerto) para poder crear. El poder de creer es el poder de crear. La organización del Festival costó, pero el precio lo pagamos todos, en un esfuerzo comunitario en el que instituciones, colectivos, realizadores, críticos, cinéfilos y sencillamente seres humanos que se enteraron de esta iniciativa, simpatizaron por la misma y aportaron con apoyo económico, con sedes, soporte técnico y apoyo en las proyecciones y actividades del Festival. En tiempos de dictadura de la economía de mercado, esta actitud de desprendimiento es realmente loable.

(Manuel de Ribera de Christopher Murray y Pablo Carrera. Chile.2010)

 
Ahora, con respecto a las películas, que es al fin lo que realmente nos importa, tener acceso a obras de notable calidad expresiva (porque personalmente, me zurro en lo que digan los puristas de la imagen, la ‘notable’ fotografía de comercial de perfume y el preciosismo high tech) curadas y reunidas en una programación de toda una semana realmente me dejó exhausto, abrumado, alucinado y fascinado. Los trabajos de Raúl Perrone, pionero e ícono del cine independiente en la región, reunidos por primera vez para el público peruano, nos dieron la oportunidad de acercarnos a una de las propuestas que desde la década del 90 desencadenaron, en muchos casos, la idea del cine de temática cotidiana, de muy bajo presupuesto, y en formatos caseros.

Descubrir tesoros como el documental Parador Retiro (2010) del argentino Jorge Leandro Colás, la mirada madura y sensibilidad de José Luís Torre Leiva en su documental Tres semanas después, y a modo de ‘réplica’ el corto ganador La calma del peruano Fernando Vílchez, los cortos de Maya Watanabe, la originalidad de Priotr, del chileno Martín Seeger, la incomprendida (y en muchos sentidos genialmente incomprensible) película argentina Teoría de Cuerdas, cuyo título nos da bastante anticipo de lo que podamos ver, sin pasar por alto aquellas 2 maravillas que son Todos Vos sodes capitans de Oliver Laxe y Manuel de Ribera de Christopher Murray y Pablo Carrera.

Todas ellas, salvo la multipremiada película de Oliver Laxe, son trabajos en digital. Muchos de ellos son tesis de vida, manifiestos sediciosos, estilos disidentes, otros producidos bajo condiciones que muchos considerarían desafiantes (sobre todos aquellos que estarían dispuestos a gastar 300,000 ó más para un transfer), es decir un tipo de cine que no espera 4 años para aspirar algún fondo internacional, que no hace colas complacientes para burócratas que quieran intervenir en la película para hacerla “más visible”. Son anti comerciales pero no esquivas, pues muchas podrían bien estar en cualquier cartelera si esta no estuviera acostumbrada a la bosta.

El Festival ha sido independiente mostrando películas verdaderamente independientes.

 
Existen muchos públicos, muchas películas, muchos espacios, pero era ya insultante que no existiera un espacio que reuniera este cine, para este creciente público que sigue cineclubs, que compra en el pasaje 18 de Polvos Azules o que Taringa, Emule y los Torrents suplen sus necesidades cinéfilas. Que en pleno siglo XXI, en plena revolución informática, no se acepten trabajos en digital, o que se les reduzca a muestras por no entrar en estándares acartonados de hace décadas, que se privilegie sólo un modelo de producción, y casi una sola estética, habla mucho de nuestra realidad cinematográfica.

Mientras muchos reclamen la existencia de más fondos, de subsidios para carreras ya hechas, de industria (¿bajo qué modelos?), de mayor cantidad de “producciones” hechas bajo esos criterios, los cineastas (auto)relegados hacen películas, se hacen de espacios, y tratan de llevar a la gente una alternativa ante la saturante y neocolonizada cartelera limeña.

Pero el Festival también mostró la necesidad de una Escuela de cine, de espacios para que los cineastas confluyan propuestas, compitan (visto esto desde la mejor acepción), dialoguen, se alimenten de las tendencias, de los nuevos cines a fin de mejorar su propio lenguaje. Llego a esta conclusión al ver la distancia entre lo que se está haciendo aquí y lo que, casi con las mismas condiciones y presupuestos, se hace en Chile, Argentina, Bolivia, por mencionar algunos países de la región. El factor diferencial no puede la industria, porque de lo contrario, todas las películas saldrían bajo modelos de industria y ese no es el caso.

Además de llevar ese dialogo con cineastas, críticos y público de esos países, algo que también consiguió y puede conseguir mejor después del Festival, ya que este espacio sirve para que el ciclo de vida de nuestras películas se prolongue, aparte de los esfuerzos personales de cada realizador por internacionalizar su trabajo.


(Tres semanas después, de José Luís Torres Leiva. Chile. 2010)

lunes, 30 de mayo de 2011

1º FESTIVAL DE CINE LIMA INDEPENDIENTE - DEL 20 AL 25 DE JUNIO 2011





Ha nacido un nuevo cine en el Perú y nosotros queremos dar cuenta de este hecho. Un grupo de películas realizadas en formato digital y de bajo presupuesto obliga a reescribir la historia del cine peruano. Nunca hasta ahora este material valioso, pero disperso, ha sido visto en su totalidad por su público natural, gente de espíritu joven, curiosa y sensible a experiencias estéticas innovadoras. Nuestro objetivo es darle a este nuevo cine el espacio que se merece, crear un circuito de exhibición más amplio y generar diálogo y reflexión sobre este fenómeno; a la vez que compartir con el público las obras de importantes directores independientes de diversas partes del mundo.

Habrá además conversatorios con participación de los realizadores, exposiciones artísticas, conferencias, performance, entre otras actividades multidisciplinarias.

SEDES:

Universidad Peruana Cayetano Heredia - Av. Armendáriz 445, Miraflores.

Universidad Del Pacífico - Av. Salaverry 2020, Jesús María.

Centro Cultural Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú - Jr. Huallaga 402, Cercado de Lima.

Escuela de Arte Corriente Alterna - Renán Elías 500, Miraflores.

Restobar Cultural Koka Kinto - Jr. Wakulski 177 (entre crda 1 y 2 de la Av. Brasil), Cercado de Lima.
Cineclub de Pueblo Libre - Av. Cipriano Dulanto 949, Pueblo Libre.

Centro cultural La Casa Rosa -   Av. Saenz Peña 212, Barranco.



COMITE ORGANIZADOR:


ASOCIACIÓN PERUANA DE CINE INDEPENDIENTE

Mario César Castro Cobos.
Viviana Anabell Quea Acosta.
Herbert Félix Bazán Aguirre.
Erik Eduardo Quispe Alarcón.
Marco Antonio Ramos Saettone.
Alonso Izaguirre Godoy.

Colaboradores:


John Campos Gómez
Jim Marcelo Santiago
FENACO

Enlaces:
http://limaindependiente.blogspot.com/2011/04/lima-independiente-film-festival.html
http://www.facebook.com/Cinelimaindependiente
http://twitter.com/Limdependiente




 

lunes, 9 de mayo de 2011

"El camino de los independientes" artículo publicado en la revista Godard



Por Sebastián Pimentel

… La propuesta de la dupla Quispe-Marcelo está la senda de un realismo “rohmeriano” concentrando en la tensión establecida entre parejas, y en planos secuencias que funcionan como unidades o flujos sin interrupción. 3, es la continuación de un programa iniciado por 1 (2008) y 2 (2009). Y, podríamos decir, cada episodio o “largo” no es más que una variante de una conversación de un pretendiente y una pretendida, de dos enamorados en el proceso “oral” de unirse o separarse.

Quizá, lo más interesante del “sistema” Quispe-Marcelo (ambos socios y líderes del grupo de creación Cinestesia) es la vocación filosófica y pragmática de su proyecto-laboratorio: uno tan secuencial, tan serial, como el título de cada película. Un programa de trabajo sin fin alrededor de un tema que podría denominarse, casi como una fórmula: “la soledad de la pareja”, valga la paradoja. Este filme no puede acabar porque tiene que re-hacerse con todas las combinaciones de un número limitado de elementos. Al parecer, se trata de llegar a un virtual 100: con Quispe y Marcelo el cine se ha vuelto un poco lo que fue para Vertov a inicios del siglo XX: un instrumento de trabajo y de estudio, una forma de conocimiento. De allí lo fascinante de este método.

Si 1 se remite a la especie de nacimiento abortado de una pareja que divaga en escenarios urbanos, emplazando los rostros como un asedio que permita diferentes ángulos, 2 hace un viraje hacia “afuera”: empieza como un documental sobre un día en las riberas del Centro de Lima que termina en la fiesta donde, de nuevo, el mismo Quispe asume el rol protagónico. Luego, vemos al director, como a Linda Soto, empezar, cada uno por su lado y en paralelo, su propia rutina solitaria, aunque desde dos clases sociales diferentes. Como es de preverse, ambos se encontrarán. Un aspecto interesante de la serie se refuerza: la escucha de la conversación se enturbia por el ambiente, casi como se enturbia la visión de los rostros por la navegación de la cámara alrededor del entorno próximo. Sin embargo, la “negociación” final entre la pareja de 2, en un parque, podría ser lo menos convincente de una propuesta que no llega a sentirse íntima: esta vez la soledad no tuvo contrapunto mayor.

 
3 devuelve, al proyecto, una fuerza que quizá había perdido 2. Ahora, en la noche, una cámara recorre, con ese estilo sistemático del proyecto Cinestesia, las bancas de un parque. Así, el filme se estructura como una red de pequeños filmes unidos conceptualmente, ya que todas las parejas encontradas despliegan un micro-show oral y dramático directo. La nueva ola, el Dogma 95, y todos los free cinemas, tienen su continuidad en 3, con el atractivo que ahora las parejas son múltiples y el filme adquiere un carácter más eléctrico, cómico y violento, incluso más documental, que en el caso de las historias protagonizadas por Quispe. Si bien no todas las dinámicas gozan del mismo nivel de naturalidad y fluidez, otro atractivo es que no hay cortes en este devenir audiovisual, especie de tour de forcé sobre distintas parejas-universos en un cosmos urbano donde el sonido interferido hace su espectáculo secreto. Vuelve una pregunta muy contemporánea, forzada por 3, pero ya entrevista en 1 y 2: ¿Qué sucede cuando la ficcionalización de la propia vida pierde sus contornos ilusorios, en el flujo libre de oralidad registrada de forma documental y precaria?

Pero si tuviéramos que elegir, nos quedaríamos con la más menesterosa -técnicamente hablando- y concentrada 1. Allí el mismo Quispe, como protagónico pretendiente, emplaza, en una secuencia de conversaciones y “sets” en exteriores, a su pretendida: Grecia Aguinaga. El proceso adquiere misterio y expectativa por la incorporación de otro tema fundamental del cine moderno: el tiempo. Las largas secuencias de diálogo empiezan en un orden cronológico, en un arco temporal reducido (ellos en la calle, ellos en un café, ellos en un solar antiguo), para permutar el orden del tiempo, de modo que el espectador tiene que participar en la reconstrucción del proceso que ha llevado la relación, atendiendo, también, a los diversos signos y “datos” que proliferan en las dilatadas conversaciones. Nuestra preferencia, hay que decirlo, elige un criterio: el nivel de tensión entre los personajes, y el grado de complejidad que va adquiriendo su relación, de principio a fin. Es la más parecida a una historia de amor inconclusa, o indefinida de las tres y, quizá, la que conserve un mayor poder emotivo.


Por Sebastián Pimentel



lunes, 4 de abril de 2011

Ciclo: Elogio a Jean Luc Godard I



El cineclub VIDEANDO del colectivo Cinestesia, presenta este mes un ciclo dedicado a 4 de las últimas películas del genial director franco-suizo Jean Luc Godard, incluyendo la reciente Film Socialisme.

No se puede hablar de cine moderno sin hablar de Godard. Sus planos contienen citas culturales, compromiso político y radicalidad estética. El cineasta experimental incansable, irreverente y políticamente incorrecto, se ha enfrentado a los poderes y figuras de todo tipo, y tiene en su haber una filmografía imprescindible para la historia del cine.

Las proyecciones se realizarán todos los martes de abril, a las 7:30 p.m., como siempre, en el local de los talleres de arte de la UTP, en el pasaje Hernán Velarde 179, Lima (altura de la cuadra 1 de Petit Thouars). El ingreso es libre y habrá comentarios al finalizar cada proyección.

La programación es la siguiente:

MARTES 05 ABRIL 2011, 7:30 p.m.

NOTRE MUSIQUE (2004)



Una cantata en 3 movimientos. El Infierno: imágenes de guerra y devastación, sin orden cronológico se mezclan con imágenes de ficción de Eisenstein, Kurosawa, Ford, y otros. El Purgatorio: La ciudad de Sarajevo, víctima de una las más crueles matanzas de los últimos años tras el conflicto de los Balcanes, es sede de un encuentro de literatos que incluye una ponencia del mismo Godard, sobre la imagen. El Paraíso: Una playa vigilada por marines norteamericanos (ironía bastante gruesa), a la que va una joven estudiante después de autosacrificarse por la paz.

MARTES 12 ABRIL 2011, 7:30 p.m.

FOREVER MOZART (1996)



Una compañía francesa de teatro se propone representar una obra en la ciudad de Sarajevo, pero sus miembros son capturados y recluidos en un campo de prisioneros de guerra. Entonces pedirán ayuda a sus amigos más influyentes para que gestionen su liberación.

MARTES 19 ABRIL 2011, 7:30 p.m.

ELOGE DE L’ AMOUR (2001)



Un director de cine hace un casting para encontrar a la actriz protagonista de su próxima película. Después de probar a algunas postulantes, recibe a Elle, una joven que le inspira una extraña fascinación; tiene la certeza de haberla visto antes, pero no recuerda dónde ni cuándo. Cuando decide elegirla para el papel, descubre que ha muerto. Recuerda entonces el momento en que la vio por primera vez: fue en una entrevista con una pareja de ancianos supervivientes del Holocausto que habían vendido a un productor de Hollywood amigo suyo los derechos del relato de sus vidas.

MARTES 26 ABRIL 2011, 7:30 p.m.

FILM SOCIALISME (2010)



De similar forma que ‘Notre musique’, la película es una sinfonía en tres movimientos. "cosas así": en un crucero por el mediterráneo viajan personajes muy diversos entre los que tienen lugar numerosas conversaciones: un policía de moscú, un criminal de guerra, un filósofo francés, un embajador palestino, un ex doble agente, y Patti Smith, ícono punk norteamericana. "Nuestra Europa": una noche, una niña y su hermano pequeño convocan a sus padres ante el tribunal de su infancia y les piden explicaciones sobre la libertad, la igualdad y la fraternidad. "Nuestras humanidades": visita a seis lugares que son escenario de leyendas auténticas y falsas, Egipto, Palestina, Odessa, Hellas, Nápoles y Barcelona."

viernes, 1 de abril de 2011

Teaser y Poster de "4", otra película de Cinestesia Perú...





Esta es la primera entrega de imágenes de la película "4" realizada por Eduardo Quispe Alarcón y Jim Marcelo Santiago. Adjuntamos la ficha técnica.

FICHA TÉCNICA:
Título (idioma original): “4”
Género: Ficción/Documental/Experimental
Formato: 16:9
Duración: 70 min.
País: Perú
Año: 2011
Idioma: Español.

Dirección: Erik Eduardo Quispe Alarcón
Idea Original/Guión: Erik Eduardo Quispe Alarcón
Cámara: Jim Marcelo Santiago
Fotografía: Jim Marcelo Santiago
Sonido: Erik Eduardo Quispe Alarcón / Jim Marcelo Santiago
Edición: Erik Eduardo Quispe Alarcón / Jim Marcelo Santiago
Producción: Cinestesia Producciones
Reparto: Eduardo Quispe, Diana Castro, Brenda Betetta, Cristina Galarza, Christian Reátegui, Erika Mariazza, Giuliana Mallma, Grecia Aguinaga, Jackeline Castillo, Karla Mallma, Leny Tapia, Nati Espino y Stephania Navarro.
Con el Apoyo de: Ana Balcazar, Javier Bellido, Gonzalo Velasquez, Jhon Campos y Hugo Palomino.

 
Sinopsis
Un joven misántropo y cinéfilo, conoce a una vendedora de películas en dvd, dando rienda a su emotividad reprimida y desencadenando una apasionada obsesión por ella. Pero las cosas no parecen ser como se las imagina, y la gran ilusión puede convertirse también en una gran decepción, que lo lleva a divagar por la ciudad y entre la variedad de gente que la habita, quienes, entre diálogos, van mostrando el pensamiento generacional sobre las relaciones humanas.


Algunas palabras del director:

"Hace bastante que me propuse realizar un ensayo sobre el amor posmoderno, es decir, retrata una sociedad incapaz de mantener vínculos sólidos y perpetuos. Esta fragilidad en las relaciones personales, produce muchos fenómenos sociales, porque siempre se enfrentan la exigencia personal y la familiar/social; por una parte toda la sociedad espera que uno cumpla al pie de la letra el ciclo de estudiar/hacer una carrera/casarse/tener hijos, y esa misma sociedad impone una cultura del éxito y competitividad, que de por sí, son actitudes y motivaciones bastante personalistas, que generan huídas masivas al compromiso, que ata nuestro ‘potencial’, y nos exige entrega y desprendimiento, sin dejarnos muchos beneficios.


Así, el amor se vuelve un ‘negocio’, el individuo aprende a amar a través de la publicidad y los modelos de la cultura pop, y se enfrenta a una indefinición de los sentimientos, las relaciones y de los roles sociales. Bueno, es un rollazo, pero tratamos de hacer una película que experimente más en la narrativa y el planteamiento visual, y que ayuden a identificar varios indicadores del comportamiento de la gente en ese aspecto, de la muy peculiar sociedad limeña, observándola y escuchándola. Hemos tratando de mantener ese enfrentamiento de personajes contrapuestos, que a la vez, son muy similares, algo que ya hemos estado desarrollando en nuestras películas anteriores”

Eduardo Quispe
Diana Castro y Jhon Campos

Grecia Aguinaga, Eduardo Quispe y Karla Mallma

Eduardo Quispe y Karla Mallma

Grecia Aguinaga, Eduardo Quispe y Karla Mallma

Eduardo Quispe, Diana Castro, Stephania Navarro, Leny Tapia, Cristina Galarza, Brenda Betetta y Erika Mariazza



Eduardo Quispe, Diana Castro, Stephania Navarro, Leny Tapia, Cristina Galarza, Brenda Betetta y Erika Mariazza


Diana Castro en una escena grabada en "Mondo Trasho" Polvos Azules pj. 18
Eduardo Quispe en "Mondo Trasho" Polvos Azules pj. 18
Jim Marcelo grabando a Leny Tapia, Stephania Navarro y Cristina Galarza.
Hugo Palomino y Eduardo Quispe, alistando la locación de una escena.